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El Proceso de las Jhānas

Updated: Feb 25, 2023


Copyright © 2023 Tomás Morales y Duran. Todos los Derechos Reservados.


Un proceso es un conjunto de las fases sucesivas de una operación. Proceder es hacer algo conforme a razón, derecho, mandato, práctica o conveniencia. Vamos a ver cómo procede el futuro Buddha para lograr iluminarse por sí mismo. Se trata de un proceso con sus fases claramente diferenciadas.

Hay diversas formas de iluminación y no todos los Buddhas se iluminan de la misma forma. El proceso que empleó Gotama fue empleando las habilidades paranormales. Para ello es imprescindible alcanzar la cuarta jhāna para desatarlas,

Como se dijo, hay diversas formas de iluminación y no todos los Buddhas se iluminan de la misma forma. El proceso que empleó Gotama fue empleando las habilidades paranormales. Una vez alcanzada la cuarta jhāna pudo desatarlas debido a que las había obtenido en un entrenamiento previo:


Desarrollé las bases del poder paranormal mediante la concentración dotada de impulso. Desarrollé las bases del poder paranormal mediante la concentración dotada de energía. Desarrollé las bases del poder paranormal mediante la concentración dotada de razonamiento. Desarrollé las bases del poder paranormal mediante la concentración dotada de investigación.


La primera parte va logrando las cuatro jhānas, una tras otra.


Cuando hubo ingerido abundante alimento, habiendo agarrado fuerzas, apartado de los placeres de los sentidos, totalmente apartado de los placeres sensoriales, apartado de los vicios, entró y permaneció en la primera jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen del recogimiento, mientras dirigía la mente y la mantuvo concentrada. Sin embargo, la sensación de felicidad surgida en su mente habiéndose agotado, no perduró.

A medida que desaparecía el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento, entró y permaneció en la segunda jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen de la concentración, con claridad y confianza internas, y con la mente concentrada, desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento. Sin embargo, la sensación de felicidad surgida en su mente habiéndose agotado, no perduró.

Al desvanecerse el placer, permaneció impasible, placentero y claramente consciente, y experimentó en sí mismo esa alegría de la que los nobles dicen: «alegre vive el que tiene impasibilidad y es consciente», y entró y permaneció en la tercera jhāna. Pero, sin embargo, la sensación agradable que surgió en él persistió sin afectar su mente.

Abandonando el placer y el dolor, y poniendo fin a la felicidad y la tristeza anteriores, entró y permaneció en la cuarta jhāna, sin placer ni dolor, con pura impasibilidad y gnosis. Pero, sin embargo, la sensación agradable que surgió en él persistió sin afectar su mente.


Vamos a analizar la primera jhāna, usando el discurso 41.6 de la Colección de Discursos Entrelazados:


En cierto momento, el venerable Kāmabhū se alojaba cerca de Macchikāsaṇḍa en la arboleda de los Mangos Silvestres. Entonces Citta, el cabeza de familia, se acercó al venerable Kāmabhū, se sentó a un lado y le dijo:

—Señor, ¿cuántos procesos hay?

—Cabeza de familia, hay tres procesos. Procesos físicos, verbales y mentales.

—Bien, maestro —respondió Citta, regocijándose por la respuesta. Luego hizo una nueva pregunta:

—Pero señor, ¿qué es un proceso físico? ¿Qué es un proceso verbal? ¿Qué es un proceso mental?

—Inhalar y exhalar es un proceso físico. Dirigir la mente sobre las formas en movimiento es un proceso verbal. Las qualia y la reacción emocional son procesos mentales.

—Bien, maestro —respondió Citta, regocijándose por la respuesta. Luego hizo una nueva pregunta:

—Pero señor, ¿por qué inhalar y exhalar es un proceso físico? ¿Dirigir la mente sobre las formas en movimiento es un proceso verbal? ¿Por qué las qualia y la reacción emocional son procesos mentales?

—Inhalar y exhalar son procesos físicos. Están ligados al cuerpo, por eso inhalar y exhalar son físicos. Dirigir la mente sobre las formas en movimiento se considera una actividad del habla porque las palabras surgen en la mente y se procesan allí antes de que estallen en el discurso. Por eso dirigir la mente sobre las formas en movimiento es un proceso verbal. Las qualia y la reacción emocional son mentales. Están atados a la mente, por eso las qualia y la reacción emocional son procesos mentales.


Las jhānas son estados de absorción en los que la conciencia se libera del personaje humano, simplemente no atendiendo a la interacción con el cerebro. Esto se logra apagándolo, cortando el suministro de oxígeno y sometiéndolo a anoxia cerebral, pero sin interrumpir la continuidad vital ni provocar daños neuronales.

Es lo que justamente trataba de hacer el futuro Buddha cuando intentaba dejar de respirar, pero el cuerpo se le rebelaba. Ponía toda su energía y concentración sin relajarse. Pero no consiguió paz en su cuerpo, porque toda la concentración la tenía que emplear en luchar y dominar el dolor. Sin embargo, su mente no se sintió abrumada por el dolor.

Para poder lograr tanto la paz de la mente como la del cuerpo se deben producir una serie de neurotransmisores en cascada previamente que servirán como neuroprotectores durante el trance. Esos neurotransmisores se traducen en emociones puras, sin relación con los sentidos: placer, felicidad, alegría, excitación y éxtasis. Estos son procesos mentales. Para lograr esos procesos es necesario dirigir la mente sobre las formas en movimiento, lo que constituyen procesos verbales. Y para lograr estos procesos, se puede emplear la respiración como soporte, que es un proceso físico. Aunque la respiración es un método popular, no es el único que puede dar ese soporte a las formas en movimiento.


—Pero, venerable, ¿cuál es la primera jhāna?

—Venerable, es cuando un bhikkhu, totalmente apartado de los placeres sensoriales, apartado de los vicios, entra y se sumerge en la primera jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen del recogimiento, mientras dirige la mente y la mantiene concentrada. A esto se le llama la primera jhāna.

—¿Pero cuántos factores tiene la primera jhāna?

—La primera jhāna tiene cinco factores. Cuando un bhikkhu ha entrado en la primera jhāna, dirige la mente y la mantiene concentrada, estando presentes el placer, la felicidad, la alegría y la concentración de la mente. Así es como la primera jhāna tiene cinco factores.

—Pero, ¿cuántos factores ha abandonado la primera jhāna y cuántos posee?

—La primera jhāna ha abandonado cinco factores y posee cinco factores. Cuando un bhikkhu ha entrado en la primera jhāna, se abandonan el deseo sensorial, la malevolencia, el embotamiento y la somnolencia, la inquietud y el remordimiento y la duda. Dirigir la mente y mantenerla concentrada, el placer, la felicidad, la alegría y la concentración de la mente están presentes. Así es como la primera jhāna ha renunciado a cinco factores y posee cinco factores.


Para entrar en la primera jhāna hay que abandonar cinco cosas y adquirir cinco cosas. La cinco que se abandonan son el deseo sensorial, la malevolencia, el embotamiento y la somnolencia, la inquietud y el remordimiento, y la duda. Las cinco que se deben adquirir son el direccionamiento de la mente y la capacidad de mantenerla concentrada, el placer, la felicidad, la alegría y la concentración o unificación de la mente.


Habiendo tomado maestría en entrar en la primera jhāna, la mente podrá entrar en la segunda sin necesidad de hacer ningún ejercicio, es decir, sin tener que direccionar la mente ni mantenerla concentrada. El cerebro va aprendiendo a entrar en estos estados.


De manera similar, con la maestría en la segunda jhāna, la mente podrá prescindir de la felicidad y así entrar en la tercera jhāna que, estando menos protegida, es más profunda.


Y, por último, con la maestría en la tercer jhāna, y abandonando el placer y el dolor, y poniendo fin a la felicidad y la tristeza anteriores, sin protección y más profundidad, se entra y se permanece en la cuarta jhāna, sin placer ni dolor, con pura impasibilidad y gnosis.


Ahora ya, así, habiendo alcanzado la cuarta jhāna, ya puede experimentar las habilidades paranormales que empleará para iluminarse.

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