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Cuatro Rutas

Copyright © 2020 Tomás Morales Duran. Todos los Derechos Reservados

El Mahasatipatthana Sutta comienza así:

Bhikkhus, hay un camino que conduce directamente al objetivo de purificar a los seres, superar la tristeza y las lágrimas, eliminar el sufrimiento y la desgracia, seguir el camino correcto, llegar a Nibbana, es decir, los cuatro fundamentos de la memoria.

E inmediatamente comienza con las instrucciones para llegar a la primera jhana.

Existen, al menos, cuatro vías paras alcanzar la liberación final y, como veremos, en las cuatro se parte del dominio de las cuatro jhānas. Fijémonos que no es condición suficiente en ningún caso, pero en las cuatro es condición necesaria. Es conocido el caso de determinadas escuelas hinduistas que aplicaban las jhānas, pero son incapaces de lograr lo que ellos llaman “samadhi”.

En el extremo opuesto están los adherentes a la herejía “vipassana” que sostienen que las jhānas no son necesarias, realmente no saben practicarlas, para entender las tres características de impermanencia, insatisfacción e insustancialidad de los fenómenos, lo que efectivamente son algo ajeno totalmente a esa comprensión.

La falacia en la que se apoyan es sostener que, como los nobles entienden las tres características, todo aquel que entienda esta evidencia es un noble, confundiendo condición suficiente con necesaria. Entender las tres características es necesario para ser noble, pero entender las tres características no es suficiente para ser noble.

Es que para ser noble hay que tener, al menos, dos dedos de frente. Pero tener dos dedos de frente no te hace noble.

Las Cuatro Vías son:

  1. La Ruta del Buddha, o la de las Abhiññās

  2. La Ruta Mística, o de la Cesación

  3. Las Rutas Lentas, que son dos:

  4. Mediante la Erradicación de la Reacción Emocional, mal traducido como “Sensación”.

  5. Mediante la Erradicación del Deseo, o Noble Óctuple Camino.

La Vía de las Abhiññās

El primer camino, fue el que siguió el mismo Buddha. Es, sin lugar a dudas, el camino más elegante y rápido de todos. Pero no está al alcance de todo el mundo, como veremos.

Para iluminarse el Buddha entiende que son las jhānas el camino a la liberación y lo primero que hace es ingerir los precursores necesarios para generar los neurotransmisores que necesita para alcanzar las jhānas.

Hace las cuatro jhānas consecutivamente y en la cuarta es cuando se desatan las abhiññās o poderes “sobrenaturales”. Esto es posible porque el Buddha en una vida anterior las desarrolló, es por esto que no está al alcance de todo el mundo.

Con las abhiññās el vió por sí mismo como funciona en su totalidad el kamma, o sea, como es el funcionamiento interno del Samsara. Y lo conoció con conocimiento directo, el primer conocimiento, donde vió sus vidas anteriores en el primer tercio de la noche. Después mediante la abhiñña del ojo divino, vió el destino de los seres, los vio muriendo y renaciendo en dependencia de su propio kamma. Desde ahí vió la aniquilación de las corrupciones, vió que es el sufrimiento, como surge y como deja vu de la forma de que cese. Y, por último, empleó la abhiñña de conocer cuando se está uno mismo completamente liberado.

Una vez concluyó, mediante el oído divino, entabló una conversación con el Mahabrahma Sahampati que le convence para que enseñe lo que ha entendido por sí mismo.

Como el desarrollo de las abhiññās es muy infrecuente, el Buddha se empleó en enseñar el Noble Óctuple Camino como el estándar de liberación para un mayor número de personas.

Aquí vemos que las jhānas en sí no liberan, pero sin jhānas no hay abhiññās. Es condición necesaria, pero no suficiente.

La Vía Mística

Esta vía hace uso tanto de las jhānas como de las esferas o Ayatanas.

Aunque ambas tienen parecidos en que son consecutivas y son cuatro, su naturaleza es completamente diferente. Podemos decir que mientras las jhānas manejan el “hardware” las Ayatanas son las herramientas de manejo del “software”.

Lo primero que se debe entender, y eso se ve con el ojo divino, es que hemos pasado por innumerables vidas, que la existencia es un devenir de muertes y nacimientos y que existen diferentes planos de existencia.

Para manejar los planos inferiores disponemos de las jhānas, que inciden en nuestra condición de animal, de peta y de humano. Las jhānas son capaces de desconectarnos temporalmente de estas condiciones con el fin de trabajar sobre ellas. Eso lo veremos en las siguientes rutas. Pero las jhānas también son condición necesaria para penetrar en las esferas o Ayatanas.

Mediante las Ayatanas nos incursionamos en los planos de los devas, en los que en alguna vez hemos permanecido. Son cuatro niveles de interfaz cada vez más sutil. Los tres más bajos van desconectando nama, y el cuatro, rupa. Son esferas donde están los devas de esas características.

El Buddha aprendió de sus dos maestros a estar y permanecer en la esfera de la nada, con Alara Kalama, y en la de ni percepción ni no percepción, con Uddaka Ramaputta. Sin embargo, no siguió al siguiente nivel. Por eso, abandonó este camino y se dedicó a la penitencia debido a que, en sí mismos, no tienen mayor utilidad como tales. Recordemos que Jhānas y Ayatanas son herramientas exclusivamente.

Más allá de toda esfera de devas (a más elevados, más sutil es su interfaz) está el estado de Cesación, en el cual la conciencia se descondiciona de su interfaz, es decir, técnicamente se desprende del Samsara.

Al regresar de ese estado, a través de nuevo de la Ayatanas en orden inverso, provoca la pura destrucción de lo que ata al individuo al Samsara: su existencia, o sea, la iluminación completa.

Este camino es puramente místico.

Rutas Lentas

3a. Mediante la Erradicación de la Reacción Emocional (Sensación)

Este método no tiene textos canónicos, porque es nuevo. Hace uso de un sistema más radical que el del Noble Óctuple Sendero.

El apego es apego a la existencia, asi como el miedo es miedo a la muerte.

Mientras el individuo permanezca apegado a la existencia no hay forma de que se libere de la misma, como el drogadicto enganchado a su veneno. Si conseguimos desenganchar al individuo de su adicción a la existencia, habremos logrado erradicar su sufrimiento. Si no se emborracha, no tendrá resaca.

La reacción emocional es la respuesta del sistema límbico a aquello que considera él que es bueno o malo, principalmente para la supervivencia y la replicación.  Lo que le parece bien aparece como “agradable” y lo que no es “desagradable”. Hay una tercera reacción que es de indiferencia. La reacción agradable condiciona el apego, la desagradable la aversión y ambas, el sufrimiento.

La idea es aislar el sistema límbico, nuestra parte atada a las existencias bajas, animal, peta y humana, del centro de toma de decisiones. Lo primero es saturando de drogas endógenas su sistema, de manera que sus órdenes que se basan en ellas, queden diluidas. Por ejemplo, el premio lo hace con dopamina y serotonina y el castigo lo hace retirándolas. Si tenemos una inflación de estas drogas, hagamos lo que hagamos, no resultará premiado ni castigado, porque estaremos es estado de premio constante.

El siguiente paso es eliminar la tendencia subyacente hacia lo agradable o desagradable. Para ello, se necesita ejecutar un procedimiento conductista de descondicionamiento, que consiste en estar durante un periodo de poco mas de dos meses, identificando cada acción y analizando si reaccionamos por inercia a lo agradable o desagradable.

Para esto es necesario que el nivel de felicidad y placer sean altos, a la vez que los pensamientos parásitos deben estar anulados para evitar cualquier distracción a la atención plena a todos los estímulos. Esto es importante, porque incluso en el sueño, hay que verificar que no se reacciona por felicidad o por infelicidad. Y se actúa como con un niño caprichoso, si se detecta una tendencia insana, se prohíbe. Si la tendencia es racional, se admite.

Es fundamental que se haga con todas las situaciones. Si se descuida, la tendencia seguirá subyaciendo y no habremos avanzado nada.

Producir drogas endógenas y anular los pensamientos parásitos son dos de las propiedades exclusivas de las jhānas. Sin ellas no se puede ejecutar este procedimiento.

Al final, nada será agradable ni desagradable, sino indiferente. Y no es posible apegarse ni aborrecer lo indiferente. Si no hay apego ni aversión no habrá sufrimiento.

Nunca más.

Pero solo a nivel humano, faltará hacer lo mismo en todas y cada una de las esferas superiores, y para eso entran las Ayatanas, como veremos en el punto siguiente y que se describe en el Mahanidana Sutta.

3b.Mediante la Erradicación del Deseo (Noble Óctuple Camino)

Este es el método que diseñó el Buddha y es el más simple se ejecutar. Trata de anular el centro de decisiones del sistema límbico, anulando el apego y el deseo una vez que la reacción emocional se produce.

Es decir, corta el condicionamiento en el eslabón siguiente. La reacción se produce, pero, al final, el individuo será capaz de condicionarse para no actuar en dependencia de esa reacción. Recordemos que la ruta anterior anulaba esa reacción, por lo que es más radical, más elegante y más sencilla de implementar.

Una vez producida la reacción se emplea el noble óctuple sendero que son ocho diferentes actividades a ejecutar cada vez que se presenta cualquier fenómeno frente a la única que se necesitaba en la ruta anterior, que era valorar si hay o no una reacción emocional y si la hay, ignorarla.

En este caso, más complejo descartamos las actividades que siempre se hacen por apego o aversión o ignorancia, de ahí los 5 preceptos. Se prohíbe de momento lo más burdo, las acciones impulsadas exclusivamente por apego o aversión, como matar o robar o mantener actividades sexuales nocivas. El siguiente paso se analiza la palabra y se evalúa su tendencia. El siguiente es el modo de vida correcto, que es el más complejo, que debe analizar cada fenómeno que, en principio pueda parecer inocente, para comprobar cual es la auténtica motivación. Si se detecta que es insana, se prohíbe. Para esto es imprescindible un esfuerzo y una atención intensas.

Es indudable que se necesita mantener una atención completa y esto solo es posible si los pensamientos parásitos no existen, porque si no, el individuo estará distraído en esos pensamientos inútiles y no hará el ejercicio de condicionamiento conductista.

Y para ello, son imprescindibles las jhānas.

En un periodo de tres meses de ejercicio continuo, la aversión y el apego ya no se producirán más y como prueba, el sufrimiento habrá desaparecido.

Pero haber anulado el apego en el plano humano e inferiores no implica haberlo hecho en los planos superiores. Para ello se usan las Ayatanas.

Se debe hacer la misma limpieza de apego y aversión en las cuatro esferas para lograr desengancharnos del apego a la existencia.

Una vez logrado, el proceso de iluminación queda completado y cuando el individuo quiera podrá romper su existencia con lo que no podrá renacer más.

TEXTOS

(1) Ruta de las Abhiññās

Colección de Discursos de Mediana Longitud MN 85. Bodhirajakumara Sutta Con el Príncipe Bodhi

“Entonces, príncipe, recordé: ‘Un día, cuando mi padre, del clan de los sakyas, estaba trabajando, yo me encontraba sentado tomando la fresca a la sombra de un árbol. Allí, apartado de los deseos de los sentidos, apartado de lo que es perjudicial, alcancé y permanecí en la primera abstracción meditativa, en la que hay gozo y felicidad nacidos del aislamiento y va acompañada de ideación y reflexión’. ¿No podría ser ése el camino hacia la iluminación?’.

“Y, a la luz de aquel recuerdo, comprendí: ‘Éste es el camino hacia la iluminación’.

“Entonces pensé: ‘¿Por qué temer a una felicidad que no tiene nada que ver con los placeres de los sentidos ni con lo que es perjudicial?’.

“Y me dije: ‘No temo a esa felicidad que no tiene nada que ver con los placeres de los sentidos ni con lo perjudicial’.

“Entonces, príncipe, pensé: ‘No es fácil lograr esa felicidad con un cuerpo llegado a tanta extenuación, ¿y si comiera algo sólido, arroz hervido y cuajada?’.

“Así que comí algo sólido, arroz hervido y cuajada. En aquella ocasión me acompañaban cinco bhikkhus que pensaban: ‘Si el asceta Gotama logra la Enseñanza, nos lo dirá’. Pero, por tomar algo sólido, arroz y cuajada, se decepcionaron conmigo y se fueron pensando: ‘El asceta Gotama se pega la buena vida, ha dejado de lado el esfuerzo dándose a la buena vida’.

“Así que, tras ingerir comida sólida y haber recuperado fuerza, apartado de los deseos de los sentidos, apartado de lo que es perjudicial, alcancé y permanecí en la primera abstracción meditativa, en la que hay gozo y felicidad nacidos del apartamiento, y va acompañada de ideación y reflexión.

“Luego, al cesar la ideación y la reflexión, alcancé y permanecí en la segunda abstracción meditativa, en la que hay gozo y felicidad nacidos de la concentración, está libre de ideación y reflexión, y va acompañada de unificación de la mente y serenidad interior.

“Luego, al desvanecerse el gozo, permanecí ecuánime, atento y lúcido, experimentando con el cuerpo aquel estado de felicidad que los Nobles llaman: ‘Vivir feliz, atento y ecuánime’, con lo que alcancé y permanecí en la tercera abstracción meditativa.

“Luego, al renunciar al placer, al renunciar al dolor, y previa desaparición de la alegría y la aflicción, alcancé y permanecí en la cuarta abstracción meditativa, sin dolor ni placer, completamente purificada por la atención y la ecuanimidad.

“Entonces, con la mente así concentrada, completamente purificada, nítida, intachable, libre de impurezas, maleable, dispuesta para la acción, equilibrada, inmutable, la dirigí hacia el conocimiento y recuerdo de mis vidas anteriores. Recordé mis múltiples vidas anteriores, es decir, un nacimiento, dos, tres, cuatro, cinco, diez, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, cien, mil, cien mil nacimientos, muchos ciclos cósmicos de contracción, muchos ciclos cósmicos de expansión, muchos ciclos cósmicos de contracción y expansión: ‘Allí, así me llamaba, tal era mi familia, tal era mi apariencia, tal era mi alimento, así experimenté placer y dolor, tanto así duró mi vida, allí fallecí y en otra parte reaparecí; allí, así me llamaba, tal era mi familia, tal era mi apariencia, tal era mi alimento, así experimenté placer y dolor, tanto así duró mi vida, allí fallecí y aquí reaparecí’.

“Así recordé mis múltiples vidas anteriores con sus características y detalles.

“Éste, príncipe, fue el primer conocimiento que logré en el primer tercio de la noche. La ignorancia se desvaneció y el conocimiento surgió, las tinieblas se desvanecieron y la luz surgió, como sucede cuando uno permanece alerta, constante y diligente.

“Luego, con la mente así concentrada, completamente purificada, nítida, intachable, libre de impurezas, maleable, dispuesta para la acción, equilibrada, inmutable, la dirigí hacia el conocimiento del nacer y morir de los seres. Con el ojo divino purificado, que va más allá del humano, vi a los seres falleciendo y reapareciendo, conocí a los seres inferiores, superiores, bellos, feos, afortunados y desafortunados según sus acciones anteriores, y supe: ‘Ciertamente, los seres de mala conducta corporal, de mala conducta verbal, de mala conducta mental, que insultan a los Nobles, que sostienen concepciones erróneas, cuyas acciones se derivan de concepciones erróneas, tras la muerte y descomposición del cuerpo, reaparecen en la perdición, en un mal destino, en lugares de sufrimiento, en los infiernos. Pero aquellos seres de buena conducta corporal, de buena conducta verbal, de buena conducta mental, que no insultan a los Nobles, que sostienen concepciones verdaderas, cuyas acciones se derivan de concepciones verdaderas, tras la muerte y descomposición del cuerpo reaparecen en un buen destino, en algún mundo celestial’.

“Así, con el ojo divino purificado que va más allá del humano, vi a los seres falleciendo y reapareciendo, conocí a los seres inferiores, superiores, bellos, feos, afortunados y desafortunados, y supe que renacen según sus acciones anteriores.

“Éste, príncipe, fue el segundo conocimiento que logré en el segundo tercio de la noche. La ignorancia se desvaneció y el conocimiento surgió, las tinieblas se desvanecieron y la luz surgió, como sucede cuando uno permanece alerta, constante y diligente.

“Luego, con la mente así concentrada, completamente purificada, nítida, intachable, libre de impurezas, maleable, dispuesta para la acción, equilibrada, inmutable, la dirigí hacia el conocimiento de la aniquilación de las corrupciones.

“Supe tal y como es: ‘Esto es el sufrimiento’, supe tal y como es: ‘Éste es el origen del sufrimiento’, supe tal y como es: ‘Éste es el cesar del sufrimiento’, supe tal y como es: ‘Éste es el camino que lleva al cesar del sufrimiento’; supe tal y como son: ‘Éstas son las corrupciones’, supe tal y como es: ‘Éste es el origen de las corrupciones’, supe tal y como es: ‘Éste es el cesar de las corrupciones’, supe tal y como es: ‘Éste es el camino que lleva al cesar de las corrupciones’.

“Cuando supe y vi así, mi mente quedó liberada de la corrupción del deseo de los sentidos, mi mente quedó liberada de la corrupción del devenir, mi mente quedó liberada de la corrupción de la ignorancia.

“Cuando quedé liberado, supe que estaba liberado y constaté: ‘Aniquilado está el renacer, cumplida la vida de santidad, hecho lo que había que hacer, ya no hay más devenir’.

“Éste, príncipe, fue el tercer conocimiento que logré en el último tercio de la noche. La ignorancia se desvaneció y el conocimiento surgió, las tinieblas se desvanecieron y la luz surgió, como sucede cuando uno permanece alerta, constante y diligente.

(2) Ruta de la Mística

Colección de Discursos Agrupados numéricamente 9.45. Liberado de ambas formas

“‘Liberado de ambas formas’, ‘liberado de ambas formas’, se ha dicho, amigo. Y, ¿de qué manera habló el Bienaventurado de alguien liberado de ambas formas?”

“He aquí, amigo, el bhikkhu que, apartado de los placeres sensuales, apartado de los perjudiciales estados mentales, entra y permanece en el primer jhana… Así permanece, habiendo experimentando con su cuerpo aquella base que alcanzó de cualquier forma posible y entiende eso con sabiduría. Este es el alcance, amigo, de lo que dijo el Bienaventurado de alguien liberado de ambas formas en el sentido provisional.

“Además, amigo, con la desaparición del pensamiento aplicado y sostenido, entra y permanece en el segundo jhana… el tercer jhana… cuarto jhana… Así permanece, habiendo experimentando con su cuerpo aquella base que alcanzó de cualquier forma posible y entiende eso con sabiduría. Este es el alcance, amigo, de lo que dijo el Bienaventurado de alguien liberado de ambas formas en el sentido provisional.

“Además, amigo, trascendiendo totalmente la percepción de las formas, con la desaparición de la percepción de la resistencia, no atendiendo a la diversidad y pensando ‘el espacio es infinito’, entra y permanece en la base de la infinitud del espacio… en la base de la infinitud de la conciencia… en la base de la nada… en la base de la ni—percepción—ni—no percepción; y entiende eso con sabiduría. Este es el alcance, amigo, de lo que dijo el Bienaventurado de alguien Así permanece, habiendo experimentando con su cuerpo aquella base que alcanzó de cualquier forma posible y entiende eso con sabiduría. Este es el alcance, amigo, de lo que dijo el Bienaventurado de alguien liberado de ambas formas en el sentido provisional.

“Además, amigo, trascendiendo totalmente la base de la ni—percepción—ni—no percepción, entra y permanece en el cese de la percepción y sensación. Entonces ve, con discernimiento, que las corrupciones mentales llegaron a la destrucción total. Así permanece, habiendo experimentando con su cuerpo aquella base que alcanzó de cualquier forma posible y entiende eso con sabiduría. Este es el alcance, amigo, de lo que dijo el Bienaventurado de alguien liberado de ambas formas, pero en el sentido no provisional.”

Colección de Discursos de Mediana Longitud MN 31. Culagosinga Sutta Discurso menor en Gosinga

Esto he oído: En cierta ocasión el Bienaventurado residía en Nadika en la Casa de Ladrillo.

En aquella ocasión el venerable Anuruddha, el venerable Nadika y el venerable Kimbila residían en el Parque de la arboleda (de los bosques de árboles sal) de Gosinga.

Entonces, al atardecer, el Bienaventurado se alzó tras su meditación y fue al Parque de Gosinga. El guardián del parque vio al Bienaventurado acercarse y le dijo:

—No entres en este parque asceta. Hay aquí tres miembros de un clan que buscan su propio bien. No les molestes.

El venerable Anuruddha oyó al guardián del parque hablar al Bienaventurado y le dijo:

—Amigo guardián del parque, no dejes fuera al Bienaventurado. Es nuestro Maestro, el Bienaventurado, quien ha venido.