La percepción completa empieza en la percepción y codificación de los colores, de las formas, de los sonidos, de los olores, de los sabores, de la temperatura, de la presión, etc. y desemboca en la identificación de este conjunto de qualias con un meme, sea éste una palabra o concepto. La ventaja del meme es que es transmisible de forma digital, es decir, “árbol” no se degrada de color o de ramas porque en medio de la transmisión haya ruido. Emites “árbol” y el receptor, si llega a recibirlo, recibe “árbol” … pero realmente ¿qué recibe? Recibe un puntero a una qualia. Y se supone que todo el mundo tiene las mismas qualias para los mismos punteros. Si piensas en un árbol, visualizas un árbol, y das por supuesto que cualquiera visualiza lo mismo. Error. Cada cual visualiza cualquier cosa, y algo se debe parecer a lo que visualizan los demás para que la equivocación no sea demasiado grande. Es una comunicación paupérrima. Se tiene que reducir inmensamente la información de entrada para dejarla en un meme y luego después de la transmisión, se debe reconstituir a base de las qualias del receptor. De esta forma, de manera general, y obviándolo todo y quedándonos en el mundo de los memes, se vive sin relación con la realidad sensorial y parece que se vive. Y así los memes nos parasitan. Un huésped invadido es aquel que solo ve cosas, piensa pensamientos de otros, habla con palabras de otros, tararea música de otros, en una palabra, es un “copia y pega” de otros memes. Una fotocopia mental con patas. Y como los conceptos son como el papel, que lo aguantan todo, hacen creer al huésped que lo pueden todo, que son la realidad en sí mismos. Que nada que perciban con los sentidos existe sin que ellos lo sostengan… Que ellos son la esencia, que ellos son la substancia, que ellos son eternos, porque pase el tiempo que pase, se mantienen intactos. Y no siguen más reglas que las suyas propias. Ni siquiera la lógica puede pararles. Si un meme se reproduce bien será todo un éxito, aunque arrase con la vida en el planeta. Y a nadie le importa si tu azul no es mi verde… ¿Y si lo es? ¿Y si no lo es? A nivel de memes, da lo mismo. Te hacen vivir sobre una capa de irrealidad de la que no sales más que en breves momentos cuando ves algo que no identificas. Un huésped infectado no vive su vida, vive la vida de sus memes. Y no solo eso. El huésped no transmite sus experiencias, su transmisión es de meme a meme. Cuando se comunica solo intercambia memes. Y su mundo es el mundo de los memes. Y como hemos visto el mundo no se parece ni de lejos, al mundo de los memes. Entonces ¿en qué planetoide vive un buen infectado? Alejado de la realidad, contaminada su mente con agentes biológicos cuya lógica es su propia reproducción, vive alienado de principio a fin. Dicen que dormido. Y ningún meme le va a despertar. Perderían un huésped. Si esperas despertar leyendo, vas dado.
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