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¿Qué es lo que nace y muere?
Te mueres…
Tu ojo ya no ve, tu oído ya no oye, tu olfato no huele, ya no gustas ni tampoco sientes nada… tu intelecto se esfuma y con él, tus pensamientos.
Y ahora ¿qué?
Estás muerto. El cuerpo humano que considerabas que eras tú, que era tuyo, se descompone, se pudre. ¿Ves ahora como no lo podías controlar? Si fuera tuyo, si fueras tú ¿te habrías muerto? Pero ya es tarde para darte cuenta. Ahí invertiste toda una vida y ahí mismo explotó la burbuja.
¡Plof!
Y ahora ¿qué?
Empezarás a ver con otros ojos, si es que tienes ojos. Oirás con otros oídos, si es que tienes otros oídos. Olerás con otro olfato, si es que tienes olfato. Gustarás con otro gusto, si es que tienes gusto. Sentirás con otro cuerpo si es que tienes cuerpo. Pensarás con otro intelecto, si es que tienes intelecto. Incluso puede ser que ni siquiera tengas nada de todo eso, que seas informe.
Igual que la última vez cuando empezaste a ser humano.
A ver ahora qué toca… vuelta a empezar. Y sí, ahora el término «Samsara» asume para ti todo su significado: «flujo continuo».
Pero vamos, si quieres saber que se experimenta cuando no estás en tu cuerpo, no te molestes en preguntarle a un muerto porque, aunque lo sabe, no te va a contestar.
Puedes preguntarle a esa gente que tiene experiencias extracorpóreas y, después de salir, ve ahí abajo su cuerpo como lo dejó: pacifico, exánime, inerte. Y no solo ve eso, sino toda una cohorte de espíritus hambrientos, esperando sacar algo de ellos. Otra gente, más sensata, prefiere salir a espacios y dimensiones poblados por devas de diferente naturaleza, porque es una experiencia bastante menos desagradable.
Y no. No van por ahí arrastrando su cuerpo humano como vas tú a diario. Lo dejan ahí: pacifico, exánime, inerte. Igual que dejarás tu cuerpo cuando mueras: pacifico, exánime, inerte.
Me imagino que estás pensando, pero vamos, que si sales de tu disfraz no abandonarás el Universo, ni el Universo estallará.
Aunque seas el protagonista del funeral, no eres tan importante.
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