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El Mundo


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Pero ¿qué es el mundo? ¿qué sabemos de él?

Para empezar, todo lo que podemos saber del mundo lo hacemos a través de los sentidos. Es todo aquello que podemos ver, oír, oler, gustar, tocar y pensar.

Vemos colores y formas. Si, pero… todo lo que vemos lo producimos nosotros mismos. No hay colores ni formas en las ondas de luz. De igual forma, los sonidos los producimos nosotros mismos. No hay sonido en las diferencias de presión del aire. Tampoco busques olores ni sabores en las sustancias químicas. Ni tampoco hay sensación táctil, ni de dolor ni de frío ni de calor en lo que tocamos. Y por no hablar de los pensamientos…

Si decimos que el mundo material está constituido por materia y energía, tenemos un problema. Suponemos que la materia existe porque la tocamos. Pero el tacto no lo produce la materia, ni tampoco la vemos. Respecto a la energía, no hay calor ni frío en ella. Suponemos que hay materia y suponemos que hay energía, pero no hay modo de demostrarlo. Ambos son conceptos, y lo que podemos decir de ellas es que poseen propiedades similares y solo se diferencian en la interacción con el campo de Higgs.

Pero no son más que objetos conceptuales dotados de ciertas propiedades regladas. Es decir, son información. Y su comportamiento lejos de ser libre, es absolutamente fijo. Un electrón no es libre de ser lo que quiera ni de hacer lo que le venga en gana.

Si a eso añadimos una evidencia indiscutible y es que todo está condicionado, no hay que ser muy listo para darse cuenta que solo las condiciones condicionan condiciones. O sea, todo son condiciones. Si vemos, además, que los comportamientos son fijos no hay manera de encontrar una pizca de libertad en todo el universo. Y si nosotros estamos en el universo es porque estamos condicionados, o sea, somos igual de autónomos que un electrón.

Y lo puedes comprobar por ti mismo.

El mundo es lo que ves, oyes, hueles, gustas, tocas y piensas. La pregunta es ¿controlas lo que ves? ¿controlas cómo el ojo ve? ¿controlas la reacción a lo que se ve? ¿controlas como percibes lo que ves? ¿controlas la situación condicional de lo que ves? ¿controlas como conoces lo que ves?... igual con el resto de sentidos. Y exactamente lo mismo respecto a los pensamientos.

Surgen pero no sabes cómo, pero crees que son tuyos. Crees que los controlas, pero no es cierto. Estás metido en una estructura fija de información inamovible en la que es tu conciencia la que la recorre. A las diferencias de percepción es a lo que se le llama «tiempo». No es una magnitud en absoluto. Y como el tiempo está interrelacionado con el espacio, al no ser el tiempo una magnitud, el espacio tampoco lo es. La aceleración relaciona espacio y tiempo, o sea, no es una magnitud. Y como la fuerza y la masa están relacionada con la aceleración, tampoco son magnitudes… y así sucesivamente.

Al ser las magnitudes la base de la física y ésta de todas las ciencias, aquí vemos que la ciencia no puede dar respuestas a nada porque no se basa en nada. Son castillos en el aire que vienen bien para explicar cosas, como los reyes magos o la cigüeña.

Si llegando hasta aquí aún crees que el positivismo tiene algún valor más allá de servir como ejemplo de ridículo, tienes un serio problema de comprensión lectora.

Sí, estás metido en una estructura fija de información inamovible en forma de condiciones (¿alguna vez te diste cuenta de que no puedes cambiar ninguna condición, por pequeña que sea?) y que, además, eres parte de ella. Está bien en este punto que empieces a agobiarte, porque la perspectiva es bastante desoladora. Si empiezas a entrever en qué consiste el sufrimiento… ¡Bienvenido al Samsara!

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