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AGITANDO EL CÓCTEL


Copyright © 2023 Tomás Morales Duran. Todos los Derechos Reservados



Cuando se libera al torrente circulatorio actúa como hormona y cuando se libere en el espacio sináptico actúa como neurotransmisor. La adrenalina como hormona viaja a través de la circulación sanguínea llegando a diferentes células y zonas del cuerpo donde inicia múltiples reacciones. Como neurotransmisor actúa como mensajero químico. Su efecto está muy relacionado con la atención, el estado de alerta y con el sistema de recompensa cerebral.


El encargado de dar la orden de liberación de la adrenalina desde las glándulas suprarrenales es el hipotálamo (situado en el cerebro). Ante una situación peligrosa, se incrementa tanto la fuerza como la velocidad y disminuye la capacidad de sentir dolor.

La adrenalina es sintetizada en la glándula suprarrenal que convierte el aminoácido tirosina en una serie de intermediarios y finalmente se convierte en adrenalina. Pertenece al grupo de las catecolaminas, que son un grupo de hormonas relacionadas con la respuesta que se da al estrés.


El proceso es el siguiente: la tirosina se oxida en primer lugar y se obtiene levodopa. Después, se descarboxila para dar dopamina. Esta oxidación proporciona norepinefrina que es metilada y se sintetiza en epinefrina o adrenalina.


Ante una situación de estrés, peligro o riesgo, se activa la repuesta adrenérgica que implica a la adrenalina, noradrenalina y dopamina. La adrenalina se canaliza a través de la sangre y actúa en diferentes órganos y partes del cuerpo donde provocará la dilatación de las vías respiratorias para incrementar la entrada de oxígeno en el organismo, la vasoconstricción de los vasos sanguíneos, el incremento de la frecuencia cardíaca, etc.


La adrenalina o epinefrina es un broncodilatador. Permite que los bronquios y músculos de los pulmones se relajen y dilaten, y aumenta el ritmo de la respiración incrementando el nivel de oxígeno para permitir un mejor rendimiento físico.


La adrenalina o epinefrina actúa sobre los receptores del corazón, provocando un aumento de la fuerza de contracción y aumentando el ritmo cardíaco y la presión arterial. También dilata las pupilas, permitiendo que entre más luz con el fin de mejorar la capacidad de visión y percepción y aumenta la atención.


Además, activa la reserva de energía presente en forma de glucógeno que se degrada a glucosa, para aumentar el metabolismo energético.

En momentos de emergencia inhibe el funcionamiento del intestino para que no gaste una energía que sería necesaria para la emergencia.


Además, la unión de la epinefrina con los receptores adrenérgicos puede inhibir la liberación de insulina en el páncreas, estimular la glucogenólisis en el hígado y el músculo, promover la secreción de glucagón en páncreas para lograr elevar el nivel de glucosa en la sangre, incrementar la secreción de la hormona adrenocorticótropa (ACTH) en la pituitaria e incrementar la lipólisis en el tejido adiposo para cubrir las necesidades energéticas. Todos estos efectos suben la glucemia y la concentración de ácidos grasos en sangre, permitiendo incrementar la energía dentro de las células del cuerpo.


Hay personas que experimentan síntomas de ansiedad o estrés que buscan formas nuevas de descargar más cantidad de adrenalina. Esta sustancia produce un estado momentáneo de euforia, de máxima energía y de capacidad de acción, seguida de una agradable sensación de relax.


Sin embargo, las personas que están expuestas a estrés continuo o crónico, liberan esta sustancia de forma continuada lo que puede perjudicar su salud. El exceso de adrenalina en algunas ocasiones provoca diferentes patologías, como por ejemplo hipertensión, dolores de cabeza, náuseas, problemas para dormir y el aumento de la obesidad. Junto al cortisol, la adrenalina hace que se deposite más grasa y azúcares en el abdomen.

Cuando una persona se acostumbra a las descargas de adrenalina fuertes acaba padeciendo síntomas parecidos a los de una adicción: astenia, miedo, nerviosismo, y necesidad de tomar estimulantes. En casos extremos, puede que el sistema inmunológico empiece a fallar, lo que conlleva a la cronificación de muchas enfermedades.


El siguiente ejercicio incide en la producción y liberación de este neurotransmisor. Durante la realización de este ejercicio no se emplea la sonrisa Duchenne, sin embargo es fundamental haber liberado y que estén en el cerebro cantidades suficientes tanto de dopamina como de serotonina y de anandamida. Para ello, no solo es necesario liberarlas una tras otra, sino además, hacerlo consecutivamente y rápidamente para no dar tiempo a que sean recaptadas.

La forma sobre la que se direccionará la mente viene dada por la siguiente fórmula:







El valor cero representa el estado de reposo. Las subidas son inhalaciones y las bajadas, exhalaciones. La presión es máxima en las exhalaciones. Se va intensificando empleando cada vez más energía, hasta que se logre que la zona de la glotis se vea claramente inflarse y hundirse.


Esta perspectiva es desde fuera. No se emplea viéndola así. La mente se coloca dentro el mismo plano de la curva y sobre ella y se mantiene conectada a lo largo de la forma subiendo y bajando incrementando la frecuencia y la intensidad, como si se estuviéramos inflando un neumático de bicicleta con una bomba, que se va calentando con el esfuerzo.


Este gráfico representa una sección finita de una curva que no tiene fin. El ejercicio es continuo e indefinido hasta que se haya logrado liberar suficiente cantidad de epinefrina.

Llegados a un punto, más allá de la máxima excitación, se expulsa todo el aire y se pasa a las encefalinas.


El placer, la felicidad y la alegría te han llevado hasta la cima más alta, aunque no te detengas a observar percibes que la vista es hermosa, las emociones que experimentas son únicas, puedes sentir como te recorren las descargas de arriba abajo. Parado en el borde miras hacia el vacío y notas que estas por encima de las nubes, te preparas, comienzas a respirar en intervalos cortos con fuerza, inhalas y exhalas, inhalas y exhalas, lo único que quieres es saltar, inhalas y exhalas cada vez más rápido con más fuerza, todo se concentra en la respiración, en el movimiento, tomas impulso en la inhalación y te lanzas al vacío con los pulmones llenos, sin miedo, sin vértigo, sin duda... estas listo para la caída y de pronto todo se detendrá...


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